Bolas de Bichat: ¿soy un candidato/a para retirarlas?

Bolas de Bichat es una de esas pequeñas intervenciones que hacemos habitualmente en la consulta que, indicadas al paciente adecuado, le ofrece unos resultados que le hacen salir encantado.  ¿El secreto? Además de un técnica quirúrgica depurada, la clave está además en escoger el paciente adecuado y saber transmitirle cuál será el resultado. Para entenderlo mejor, quizás es necesario ir primero a los “orígenes” de esta grasa. Su nombre se debe a Marie François Xavier Bichat, biólogo y anatomista francés que descubrió la existencia de los paquetes grasos que se encuentran delante del músculo masetero, en las mejillas. Formaciones que, en su honor, se conocen como las bolas de Bichat. La función anatómica de esta parte del cuerpo está relacionada con los músculos de masticación, aunque es en los bebés donde adquiere más relevancia, durante la succión. De hecho, son las responsables de la redondez de las mejillas de los más pequeños, una redondez que con el paso del tiempo se va reduciendo hasta adquirir una proporción más acorde con el rostro. Este hecho nos da la clave de cuál es el paciente ideal para la retirada de las Bolas de Bichat: aquel paciente con mejillas muy “llenas”, con un cara excesivamente redonda, con exceso de partes blandas. Su ubicación justo por debajo del pómulo, nos permiten encontrarle una segunda indicación muy frecuente: resaltar el pómulo y crear un ligero hundimiento por debajo de este, que le da un gran atractivo a la cara. En definitiva se consigue, se puede conseguir una cara más angulosa y de pómulos marcados, afinando las líneas del rostro y haciéndolo más atractivo. A favor de esta intervención: es corta (no mas de 30-40minutos), se emplea anestesia local y la recuperación suele ser mínima y rápida (es posible retomar las actividades diarias prácticamente al día siguiente de la intervención). La inflamación suele ser pequeña, pasa desapercibida y va disminuyendo paulatinamente, con lo que la percepción externa puede ser que el paciente ha adelgazado y afinado así sus rasgos. Por tanto, tal como os explicaba, se trata de un pequeña intervención que puede dar un gran resultado, pero que debe hacerse siempre por manos expertas, que escojan al paciente adecuado y que este sea consciente de cuál será el resultado final.