La articulación temporomandibular (una a cada lado de la cabeza) se encargan de que la mandíbula articule con el hueso temporal, en el cráneo. Estas articulaciones son las que permiten que la mandíbula se mueva hacia delante y hacia atrás, por lo que son indispensables para realizar funciones básicas como masticar o hablar.
Es importante mencionar que la patología de la articulación temporomandibular es habitualmente infradiagnosticada, ya que en ocasiones los síntomas se presentan en otras partes del cuerpo; oído, cuello, mandíbula, cabeza, por lo que es importante acudir al centro médico para asegurarnos que estos dolores no sean derivados de una ATM.
El síndrome de la ATM puede tener distintas causas y en muchos casos es imposible determinar su origen exacto. Una de las causas más comunes es el estrés físico sobre las estructuras cercanas a la articulación, como son los músculos de la mandíbula, la cara y el cuello, los dientes, los ligamentos, los vasos sanguíneos o los nervios cercanos.
Los métodos para tratar el síndrome de la ATM tienen dos finalidades. Por una parte, se intenta eliminar las causas que han provocado la alteración y, por otra, mejorar los síntomas en aquellos pacientes en los que no se puede solucionar la causa.
El tratamiento suele consistir en una combinación de fisioterapia, uso de fármacos y corrección de los hábitos que han causado el síndrome. Si a pesar del tratamiento, los síntomas no remiten o se repiten a menudo, deberemos realizar un estudio de la mordida y será recomendable el uso de una férula de descarga nocturna.
El bruxismo es el acto de apretar o rechinar los dientes y suele ser inconsciente. Aunque puede producirse tanto de día como de noche, se suele dar durante las horas de sueño, ya que es más difícil controlarlo mientras uno duerme.
No es un problema especialmente grave en sí mismo, pero no podemos olvidar que sus consecuencias sí que pueden ser importantes y permanentes: pueden ir desde rupturas dentales a lesiones en la articulación temporomandibular y causar serios problemas.
Existen dos tipos principales de tratamiento, uno psicológico y uno médico, que deberían complementarse. Por una parte, la solución óptima sería eliminar las causas del bruxismo. Como estas suelen ser fruto del estrés y los malos hábitos, se tendría que cambiar a un estilo de vida más relajado y saludable. No obstante, este cambio es muy difícil de hacer y por esto debe ir acompañado de un tratamiento médico.
Este tratamiento consiste en el uso de una férula de descarga. La férula es una delgada placa de plástico transparente que se coloca en una de las dos arcadas dentales para evitar que, al rechinar los dientes, estos entren en contacto. De este modo, evitamos el desgaste dental y conseguimos que la articulación temporomandibular se recoloque y los músculos se relajen.
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Una afectación en la articulación temporomandibular es más común de lo que puede parecer, por eso el Dr. Arcas y su equipo son expertos y especialistas en tratamientos para solucionar problemas derivados. Siempre optarán por tratamientos individualizados, a medida, para solucionar estos problemas tan molestos que realmente pueden llegar afectar el día a día.